lunes, 27 de enero de 2014

Tunantada, Armonía de las Diferencias



Declarada Patrimonio Cultural de la Nación, la Tunantada es una pasión que reúne a sus fieles devotos cada año en Yauyos (Jauja, Junín),  sin embargo, su fuerza trasciende fronteras y escuchar cada tonada significa evocar la vida, la fiesta y la comunión de hombres y mujeres. Si viaja a Jauja, de todas formas encontrará un detalle para hablar de ella y aprender. 



Tunantada. Diversos conjuntos aparecen en escena evocando su verdadera tradición y devoción en este baile de máscaras y personajes diversos.


 La tunantada es un sentimiento,  de esos que evocan la tierra y jalan sin remedio al que se fue, para traerlo al medio de la plaza y ponerlo a bailar transformado, transformado y eufórico, apasionado y nostálgico. Cada veinte de enero, cada año, en Yauyos, Jauja, Junín, en la que fuera la Primera Capital del Perú.
¿Pero por qué tanta gente se convierte en Chapetón, en Huatrila o Chuto, en Jaujina o Wanka, en Boliviano o Argentino, en Cusqueña o Anti?  Debe ser el ritmo cadencioso de la melodía que inspira un llanto, la diversidad de personajes que se unen en un solo aliento, la posibilidad de distinguirse, ser otro y ganarle a la cotidianeidad, al olvido. Debe ser el sentirse aceptado y lograr esa armonía de las diferencias que tanta falta nos hace. Observarlos en pleno goce es reconciliarse con la vida y la necesidad de aceptar al otro tal y como es.
Afanoso y delirante, apegado a su tradición, a su grupo, a la orquesta que empila a todos en un solo grito, en un solo objetivo: celebrar. La Tunantada tiene como escenario el poblado de Yauyos durante los festejos en honor a San Fabián y San Sebastián. Por ellos y por la pasión que sienten varones y mujeres por la danza, el espectáculo de energía total es la competencia entre instituciones, 25 por lo menos, las cuales se esmeran para presentarse en la Plaza Juan Bolívar Crespo hasta dejarla muda de tanto despliegue y color.





Jauja – Yauyos tierra inquieta
Mágica, de esmeralda historia
Tu nombre se hace bendito
Por tus lauros amorosos de música y canto
Tu plaza bulliciosa 20 de enero
Testigo de fiesta mestiza
Embruja amigos y pueblos
Que sellan fraternidad peruana
Tu cielo de aguacero en vuelo
Rúbrica creación de mulizas y huaynos
Que llenan vida de dulces recuerdos
Como gesto de éxtasis de San Sebastián y San Fabián 
(Fragmento del poema de Pablo Salazar Cóndor)




Huatrila. El personaje auténtico, el poblador, el que sufre, el que goza.

Fiesta: Homenaje a San Fabián y San Sebastián, con la Tunantada
Lugar: Yauyos. Jauja. Junín
Día Central: 20 de enero, días de concurso tunantero 24 y 25 de enero.
Eje de la Fiesta: El baile de la Tunantada y sus personajes diversos.

El Tayta Niño de Huayucachi



De Jauja donde aterrizará en un viaje relámpago desde Lima, deberá iniciar recorrido hacia Huancayo. Le demandará unos 40 minutos. Allí si el pretexto es fiesta, encontrará razones para quedarse. Si no, los atractivos de la zona lo cautivarán enseguida. Tenga en cuenta sin embargo que los primeros meses del año son de aguaceros y hasta lluvias torrenciales. Pero con el clima nunca se sabe, a veces nunca aparecen y reina el sol todo el día.






Niño de Huayucachi. La procesión es momento de vínculo y de respeto a un programa litúrgico que deben seguir cada fiesta.
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Las despedidas estarán a la orden del día. No podrán aún despercudirse de la fiesta porque habrá ganas de que ésta aún no termine, pero como siempre, el calendario marcará el final y el inicio de los preparativos del próximo año. Todos harán un resumen de los grandes momentos y empezarán a dibujar en el imaginario el próximo enfrentamiento, el vínculo festivo de dos bandos, la alegría de reencontrarse con la familia y los amigos, con el pueblo que los espera para recuperar la vida que, de seguro, le gustaría tener durante todo el año. En Huayucachi (Huancayo, Junín) los Chinchilpos y Gamonales son emblemas y pasiones de niños, jóvenes y adultos. Cada último domingo de enero es la fiesta central en honor a ese niño. Su imagen representa al Jesús de 12 años que se perdió en el templo y cuando sus padres lo encontraron disertaba con los doctores de la ley, quienes enmudecidos lo escuchaban.




Festejo Familiar. Dentro de la casa de los mayordomos la celebración es a cada rato.



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Las actividades giran en torno a este pequeño, el Patrón de Huayucachi, al Tayta Niño, cuya aparición está explicada por una leyenda que se parece a lo que la Biblia cuenta sobre la destrucción de Sodoma y Gomorra, la huída de Lot y la petrificación de Sara. El Jesús que en este lugar es “tayta” (padre), se convierte en el patrono de los “huayucachinos”, gracias a que un grupo de pobladores le ofrece el baile de los Chinchilpos y éste de la emoción se transforma en Niño, pues había aparecido en forma de paloma. Por él la víspera tiene concierto de bandas de músicos y quema de vistosos castillos. Por él los gladiadores: Chinchilpos y Gamonales, se baten a duelo usando un chicote. Dicen que así alivian el sufrimiento de Cristo y de paso deciden la suerte de los cultivos, pues si ganan los Chinchilpos, es decir los pobres, la buena cosecha está asegurada.


Chinchilpos y Gamonales. Duelo deportivo, un partido de fútbol
Zumbanacuy. El duelo de los gladiadores rojos y celestes, a látigo limpio.


                                                                                            Fiesta: Tayta Niño
Fecha: 9 días antes al sábado de víspera comienzan las novenas de homenaje al Tayta Niño. El festejo concluye el domingo siguiente al domingo central en el que finalizan las invitaciones de cada barrio a los gladiadores de los diferentes bandos.

Día central: Último domingo de enero
 
Lugar: Huayucachi. Huancayo. Junín

Altitud: 3.250 m.s.n.m.

Recorrido: A 8.7 Km. al sur de la ciudad de Huancayo. Se accede a través de la Carretera central rumbo a Huancavelica en un trayecto que dura aproximadamente 15 minutos desde la ciudad de Huancayo.

 FOTOS: Martín Alvarado

sábado, 11 de enero de 2014

Con sus pelos ensortijados, amarillos como el sol



El encuentro con los niños de Jesús (Cajamarca) le dejará muchas razones para volver. Además del paisaje y de las leyendas, conocerá a los chunchos y como suena el clarín.



Jesús está ubicado a 20 kilómetros al sur este de la ciudad de Cajamarca. El paisaje es bellísimo y como aprendí desde chica, al ingresar por primera vez al templo, hay que pedir un deseo. La celebración central es el tercer domingo de enero, pero el festejo comienza mucho antes con la Reseña o izamiento del palo ferial y gallardete. Termina con la octava. En este lapso, se realizan 16 misas y 13 procesiones. El homenaje es a tres niños, pero el patrono es el más grande, el llamado Dulce Nombre de Jesús.
Ya sabemos cómo son estas celebraciones, textualmente la casa sale por la ventana y no hay rancho en medio de la calle que alcance para tanto forastero que busca lo típico o que de repente quiere aprender de la fiesta y preguntar sobre mayordomos o vísperas, sobre los cambios de ropa o las danzas, sobre la fe.
Dicen que en 1562 los franciscanos, conocidos como Los Doce Apóstoles, se establecieron definitivamente en Cajamarca. El lego Fray Mateo de Jumilla, quien era uno de ellos, adoctrinó y reunió a los indios en el territorio del actual pueblo de Jesús, bautizando a éste como “El Dulce Nombre de Jesús".
Dulce Nombre de Jesús. La imagen principal de la fiesta en Jesús.

No ha sido fácil entender el por qué de la existencia de tres imágenes del niño. Pero me pasaron una monografía sobre el distrito, escrita por José Rosario Llanos. Este señor refiere que el “niño aparecido”, la estrella de los cuadros que decoran la iglesia principal de Jesús, fue llevado al Monasterio de Cajamarca y para reemplazarlo se hizo una imagen de madera a la que se denominó Inter. Éste visita las casas de los pobladores y el otro, el pequeño rubio de las pinturas, va por pueblos y ciudades. Por eso le han apodado el viajero.
En 1884, mientras se realizaba la procesión del Niño Inter, en Katán, a dos kilómetros del pueblo, surge un milagro. Gracias al niño las nubes se cargan y amontonan oscureciendo el lugar, deteniendo así el avance del temerario ejército chileno. Éstos llegan mansamente a Jesús, se quedan por tres días y no hacen ni un solo destrozo.
Ah… la vieja iglesia, que se encuentra al costado de la nueva, está en ruinas, aunque sea un monumento histórico. Según la leyenda la construyeron a sugerencia del niño aparecido bajo el olivo. Y es que el relato que repiten  los jesuenses es que como el suelo era árido decidieron irse a Huayanmarca (lugar de las golondrinas). Cuando iban avanzando, junto a una laguna y a un madero de olivo apareció ese pequeño rubiecito, de ojos azules y traje elegante. Les dijo que no se vayan, que levanten un templo y que las tierras de ahora en adelante serían muy fértiles.
Tiempo después el muchachito aquel escapó, ya que su casa, grande y bonita, se quemó. Las llamas de fuego se llevaron hermosas reliquias donadas por un lugareño que encontró barras de oro en el cerro Agopití, gracias a una revelación del patrón de Jesús.
El niño aparecido creció y se convirtió en la imagen del Dulce Nombre de Jesús. Es el niño grande, el patrón, el sarco, de ojos bien azules y pelos de choclo. Para él los danzantes usan su vestuario más bonito y los devotos aumentan. Su recorrido procesional es largo y emotivo. Las danzas son diversas. Aquí se escucha el clarín y se puede disfrutar y aprender de los Chunchos y las Pallas.


Datos:

  • Jesús se encuentra a una media hora de la ciudad de Cajamarca. Para llegar allí desde Lima el viaje por tierra le demorará 12 horas y por aire 55 minutos. LCPERÚ tiene vuelos diarios.

  • El clarín es un instrumento conocido únicamente en la provincia de Cajamarca. Obtener de él los sonidos adecuados exige un gran esfuerzo físico. Algunos intérpretes para protegerse el estómago suelen llevar una faja tejida en la cintura. La caña de carrizo, inmensa, se refuerza con pitas o tripas de res. Tiene una boquilla del mismo material y un mate o poto que sirve de pabellón. Su tonada acompaña además el trabajo comunitario conocido como minga.

  • Se dice que la danza de los chunchos representa al habitante de la selva. Se baila en la época de descanso agrícola y la preparación del terreno para la siembra. Cuando en Jesús se sacan los choclos, ellos llegan a saludar al niño. Sus maichiles, que son como sonajas atadas a las piernas de los danzantes, están elaboradas con semillas selváticas. Aunque es una danza masculina, por lo general aparece junto a las pallas, las mujeres de la nobleza que acompañaban al inca.
Clarín. Instrumento típico de Cajamarca.