Así pasean las candidatas a la Flor de Chot, en Chota, Cajamarca. |
Chota es un lugar obligado de visita, por sus paisajes y su buena sazón, por sus saberes y artesanías. En junio es su fiesta en honor a San Juan y por él hay un atractivo certamen llamado La Flor de Chot.
Escenario de Corepuquio donde se realiza el SANJUANPAMPA. Chota, Cajamarca |
Yanela ha respondido el cómo se preparan las humitas y Maribel ha enumerado las plantas medicinales que curan la gripe o la tos. Muy seguras de sus saberes se han subido a la pasarela y han danzado luciendo el traje típico. Como ellas, otras 61 muchachas, entre 15 a 20 años, se han inscrito para participar en el concurso de la belleza campesina La Flor de Chot. Se han puesto los fondos y la pollera, la blusa, el sombrero, los collares, una alforja estilo prosa con las aves en el centro y las frases típicas: “Adiós te digo, pero no para siempre”, “Mi nombre encontrarás, pero mi cariño jamás”, “Solo con la muerte te olvidaré”.
Así es,
en la ciudad de Chota, a 150 kilómetros al norte de Cajamarca, cada año se vive
una gran fiesta en honor a San Juan Bautista. A una imagen replicada en dos
porque la tercera no se sabe dónde está. A la que vive en el templo se la saca
en procesión el 24 de junio, a la pequeña, al sanjuancito que habita la casa de
doña Victoria Bernal, cuya encargada actual es su hija Lucía, le bailan los
Maichilejos, esos personajes enmascarados que revientan de emoción cuando les
ponen la música del carnaval cajamarquino.
Dirigidos
por don Luis Rubio, quien heredó del abuelo la tradición, llegan a buscarlo en
bullicioso recorrido. Lo cogen sobre los hombros y avanzan con él balanceándolo
de un lado a otro. Este sanjuancito es el fiestero, al que no le importa perder
un dedo si se trata de celebrar y avanzar por el mercado hacia la salida del
pueblo para encontrarse con un estallido popular en la explanada de Corepuquio
(fuente de oro), un lugar lleno de color que tiene su punto máximo de expresión
el día 23 de junio cuando se transforma en una gran feria y se convierte en lo que los
chotanos conocen desde 1992 como SANJUANPAMPA.
Sanjuanpampa
deja de respirar cuando aparece en el estrado el diminuto San Juan, quien mira por
derecha e izquierda para saludar a sus devotos a ritmo de los Maichilejos y
darles la bendición en medio de chicharrones y fritangas, de cuyes con papas,
fajas decoradas y algodones de azúcar, una demostración de motocross, un
partido de fútbol, el paseo de los caballos de paso, una suculenta muestra de
platos típicos hechos a base de chiclayo y maíz, de la rica chochoca. “Benditos
todos, a seguir bailando”, parece decir este San Juan que debe cobijarse bajo
un toldo mientras escucha repetir, decenas de veces, la canción aquella de la
chotanita. Señal de que las candidatas están en plena presentación levantando
el sombrero y mandando besos volados, sonriendo.
La Flor
de Chot revalora el espíritu querendón y alegre de la mujer campesina, la que
no solamente tiene que ser bella, sino también conocedora de su tierra y sus
costumbres, del ordeño de las vacas, del
hilado y el tejido a callhua, de cómo teñir los hilos, del poder curativo de
las plantas medicinales, de las sazones y secretos de guisos y mazamorras.
Fueron
63 jóvenes, representantes de instituciones y comunidades de la provincia de
Chota, las que se disputaron el título durante dos fechas. Al final, con
esfuerzo y talento, pues Yanela Bustamante se hizo de la corona y la vimos
emocionada, junto a Deysi Guevara, Señorita Simpatía, y a Maribel Villanueva,
ganadora del mejor traje típico.